SCT somete a evaluación de la Semarnat el megaproyecto del Puente Vehicular Nichupté en Cancún
La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) presentó a evaluación de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del mega proyecto “Puente Vehicular Nichupté”, a construirse para comunicar a la zona hotelera con la ciudad, cruzando sobre el Sistema Lagunar más importante de este centro vacacional.
La obra tendrá una longitud de 8.80 kilómetros, con un ancho de tablero total de 14.8 metros para formar un carril por sentido de 3.30 metros. Adicionalmente contará con un carril reversible para formar un ancho de calzada de 10 metros, acotamientos de 2 metros a los extremos y parapetos de .45 metros.
La altura de la rasante se adecua a los requerimientos ambientales de los humedales de la zona, mientras en que en el canal de navegación tendrá una altura de 10 metros. El ancho de tablero de los entronques con la avenida Colosio será de 5.6 metros y en el bulevar Kukulkán quedará con los 14.9 metros.
De acuerdo con el resumen ejecutivo del proyecto, se contempla la colocación de 220 ejes de apoyo soportados por un total de 660 pilas de acero y concreto –483 de ella sobre el cuerpo lagunar y 177 sobre zonas con vegetación de sabana, manglar y selva baja secundaria– instaladas en una proporción de 3-1, “empotradas en la roca caliza”, con un diámetro de 1.50 metros y colocadas a 5.4 metros.
Los ejes de apoyo contarán con 5 trabes y se distribuirán entre sí a una distancia que va de los 35 a los 42 metros.
La estructura tendrá dos entronques: El primero, ubicado al oeste o zona urbana, que conecta con el distribuidor vial, en donde convergen las avenidas Kabah, Luis Donaldo Colosio y Bonampak.
El segundo entronque se ubica al este o zona hotelera, y conecta con el bulevar Kukulkán, a la altura del kilómetro 13.
La velocidad de la vialidad del Puente Nichupté está pensada para circular a 80 kilómetros por hora y cruzará –como ya se indicó– el principal sistema lagunar de Cancún.Impactos “indirectos” al mangle
“El proyecto considera una superficie de afectación directa permanente en su parte terrestre sobe vegetación de manglar de 650.87 metros cuadrados y 109.62 metros cuadrados con vegetación con presencia de mangle, así como sobre selva en 5 mil 585.92 metros cuadrados”, se indica.
En la parte lagunar se prevé una afectación de 756.97 metros cuadrados sobre pastizales; 266 mil.39 metros cuadrados sobre un área de parches aislados de Thalassia y sobre 40.58 sobre paraderas de Thalassia.
También se reconoce una afectación indirecta hacia manglares, por la superficie de sombra debajo de la superficie de rodamiento del puente, que alcanza 1.41 hectáreas de vegetación de manglar; o mil 063.98 metros cuadrados con vegetación de pastizal con mangle disperso y 2 mil 979 metros cuadrados con vegetación de selva mediana con vegetación secundaria.
Respecto a los ambientes marinos, 1.08 hectáreas de pastizales, se verá afectados, lo mismo que 3.1 hectáreas de parches aislados de Thalassia y 4 mil 422 metros cuadrados de praderas de esa misma especie.
Con esos datos, se rechaza la afectación a la integralidad hidrológica y funcional del ecosistema de manglar, “en ningún momento del proyecto”, ya que los caminos temporales se ubicarán fuera de las áreas de manglar y habrá pasos hidráulicos y de fauna.
“Una vez terminada la construcción del puente vehicular urbano, las áreas de forma temporal, serán reforestadas a sus condiciones originales (sic)”, se asegura.
La MIA, de carácter regional, que consta de mil 126 páginas, fue ingresada por la SCT a la Semarnat, el 24 de febrero.
Los nombres sobre la empresa que elaboró el estudio de impacto ambiental, así como de su responsable técnico, de los especialistas responsables de la elaboración de la MIA, así como de los asesores en materia de derecho ambiental, fueron testados (ocultos), pese a que deben ser datos públicos.
En la propia MIA se indica que en la Tabla 1 del capítulo 1, se presenta la relación de los especialistas designados como responsables de la elaboración del estudio de impacto y los responsables de los estudios de caracterización y diagnóstico ambiental, pero se omite precisar que estos se encuentran testados (ocultos con un cintillo negro)
Los cambios y el gasto de dinero público
Originalmente el desarrollo del Puente Vehicular Nichupté fue concebido por el gobierno Quintana Roo, a través de su Agencia de Proyectos Estratégicos (AGEPRO), echando mano del esquema de Asociación Público-Privada (APP), que permite al sector privado proveer la infraestructura y el equipamiento requerido a cambio de una contraprestación.
La AGEPRO gestionó los estudios y servicios necesarios para el diseño y construcción del proyecto. El esquema de financiamiento fue aprobado por el Congreso del estado en diciembre de 2020, pese a constituir deuda pública, al comprometer participaciones federales.
El gobierno federal decidió intervenir y absorber el millonario proyecto, modificando el esquema inicial; prescindieron de las APP y el propio presidente, Andrés Manuel López Obrador, indicó que se efectuaría con recursos netamente públicos y que transitar por esa nueva vialidad no tendría costo.
Para ello se firmó un convenio marco de coordinación entre la SCT, la AGEPRO y el gobierno estatal, que absorbe la tramitación, ejecución y supervisión del proyecto, cuyo desarrollo promete ahorros en costo de tiempo, operación vehicular, fluidez de la red vial y sumar una vía alterna de entrada y salida en la zona hotelera.
El costo de la obra asciende a los 4 mil 335 millones 210 mil 490 pesos, sin contar los impuestos.
De ese monto, la SCT consigna en la MIA que se han gastado ya 12 millones 159 mil 094 pesos solo en estudios de viabilidad e impacto ambiental para sustentar la propuesta de diseño, proceso constructivo y manejo integral de los impactos ambientales del proyecto.
“Es importante destacar también que, teniendo una visión de largo plazo, el gobierno tiene previsto un monto de 43 millones 431 mil 667 pesos para la implementación de todos los programas de manejo ambiental (incluyendo medidas de mitigación, rehabilitación, supervisión y monitoreo ambiental) para la fase de construcción.
“Y un monto de 191 millones 432 mil 835 pesos para el programa de manejo y monitoreo ambiental que será requerido al 2054 para la fase de operación y mantenimiento del proyecto”, se lee en la MIA consultada.
Fuente: Estamos aquí.mx