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Con un total de 30 impactos ambientales, 26 de los cuales serían negativos, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) resolvió rechazar la construcción de un muelle de carga en Punta Sam, Isla Mujeres, a la empresa Ultramar con una inversión de 54 millones de pesos y la generación de empleos temporales y permanentes.
El proyecto fue presentado por la empresa inmobiliaria Puerto GMO S.A. de C.V. y el estudio de impacto ambiental fue realizado por la consultora Sylvatica S.C., la cual tiene en su haber otros polémicos estudios, como el del hotel Solaris y otro en consulta en la zona de Punta Nizuc, en Cancún.
De acuerdo con la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), el proyecto será desarrollado principalmente dentro del área marina y una sección de Zona Federal Marítima Terrestre, en la zona continental de Isla Mujeres.
El complejo se ubicaría junto al actual muelle de Punta Sam y contaría con un edificio con locales comerciales y oficinas, así como un muelle de tipo fijo construido sobre pilotes destinado al transporte de carga y pasajeros, así como la pernocta de embarcaciones turísticas de pasaje y de carga.
El muelle estaría compuesto por una pasarela principal, una plataforma, caseta de vigilancia con pluma de acceso. En la zona terrestre, un edificio con locales, oficinas, taquilla, área de mantenimiento, caseta de vigilancia y terraza; dichos componentes formarían parte de la logística de funcionamiento del muelle durante su etapa de operación. Todo con una inversión de 54 millones de pesos.
De la inversión mencionada, 10 millones de pesos serán para obras en zona terrestre; 18 millones para prefabricado de pilotes, trabes y losetas y 26 millones de pesos para montaje y fijación de estructuras prefabricadas en obra, con concreto en uniones y habilitación de obras auxiliares.
Dicha infraestructura servirá para el atraque de embarcaciones de la empresa Ultramar, inmersa en una investigación por parte de la Comisión Federal de Competencia Económica por simulación de competencia.
Precisamente, dicha Comisión destacó que el poderío económico de Ultramar no ha permitido que otras empresas, con menos recursos, puedan competir y sólo se ciñen a los precios que fija la primera.
El estudio ambiental del promovente considera factible la expansión de Ultramar hacia esta zona ante el crecimiento de la demanda del servicio de transporte de vehículos y pasajeros en barco.
Impactos ambientales
Los impactos identificados y valorados para el proyecto fueron 30, de los cuales, 26 fueron clasificados como negativos y los restantes como beneficiosos, todo en una superficie mayor a los mil metros cuadrados.
“Los componentes más impactados serán: el agua marina, la atmósfera, el paisaje, el suelo y fauna marina. El agua recibirá de los mayores impactos, pues es allí donde se llevarán a cabo todas las actividades”, señala.
La MIA (Manifestación de Impacto Ambiental) destaca que, debido a que el proyecto plantea la edificación y operación de un muelle, la etapa en la que habrá mayor impacto en la composición del mar será la de construcción.
“Pudiendo haber vertidos involuntarios y aumento de turbidez, que impedirá el paso de luz solar para que crezca la flora, por lo cual llevará a la pérdida de vegetación marina, ahuyentamiento y pérdida de la fauna”, advierte.
El estudio enlista entre otros impactos a la vegetación marina, el paisaje terrestre como marino, composición es el suelo por el uso de compuestos ajenos al medio y porque el muelle será desplantado sobre una sección de la playa.
No obstante, se plantearon acciones de mitigación y se argumenta que el área donde pretende ser construido, ya fue previamente impactada por la presencia de los muelles colindantes a la superficie del proyecto.